El Gobierno británico ha anunciado este martes la suspensión de las negociaciones para un acuerdo de libre comercio con Israel, en respuesta a la intensificación de la ofensiva militar israelí sobre la Franja de Gaza y al bloqueo de la ayuda humanitaria. Es la primera vez que un país aliado de Israel da un paso de tal calado en el terreno económico desde el inicio de la guerra, lo que convierte la decisión en un punto de inflexión en las relaciones internacionales en torno al conflicto.
David Lammy, ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, ha calificado de «intolerable» y «abominable» la situación en Gaza, donde la amenaza de hambruna afecta a más de un millón de personas y el acceso humanitario sigue bloqueado. «Negarse a escuchar a aliados y ampliar la guerra es indefendible. Esto debe cesar», ha sentenciado.
Fin de las negociaciones y revisión del acuerdo 2030
La decisión implica paralizar las conversaciones en curso para un ambicioso acuerdo comercial que formaba parte de la hoja de ruta conjunta entre ambos países de cara a 2030. Además, el Ejecutivo británico ha anunciado que revisará otros acuerdos bilaterales de cooperación, en un giro sin precedentes hacia el aislamiento diplomático de Israel por parte de un socio histórico como Reino Unido.
Sanciones a colonos violentos en Cisjordania
En paralelo, Londres ha impuesto nuevas sanciones contra individuos y organizaciones vinculadas con la violencia ejercida por colonos israelíes en Cisjordania. Entre los sancionados se encuentra Daniella Weiss, conocida por liderar asentamientos ilegales y justificar ataques contra población palestina. Las medidas incluyen la congelación de activos y la prohibición de entrada al país.
El Ministerio de Asuntos Exteriores británico ha convocado a la embajadora israelí, Tzipi Hotovely, para expresar su «profunda preocupación» tanto por la situación humanitaria en Gaza como por el incremento de ataques de colonos.
Israel, por su parte, ha respondido con dureza: acusa a Reino Unido de actuar movido por «consideraciones políticas internas» y de tener una «obsesión antiisraelí» que pone en riesgo la propia economía británica.
Reacciones internacionales
La decisión del Reino Unido ha sido recibida con expectación y división a nivel global. Estos son algunos de los primeros pronunciamientos:
- Francia, a través de su Ministerio de Exteriores, ha expresado su «comprensión» hacia la decisión británica, aunque evita por ahora sumarse a la medida. París insiste en que el Gobierno israelí debe garantizar el acceso inmediato de ayuda humanitaria.
- Alemania se ha mostrado más cauta. En rueda de prensa, un portavoz del Ejecutivo alemán ha afirmado que «el diálogo debe continuar» y que no contempla por ahora medidas económicas, aunque «vigila con preocupación la evolución en Gaza».
- Desde Estados Unidos, la administración Trump no han emitido declaraciones oficiales al respecto. Sin embargo, es importante destacar que, a pesar de la creciente presión internacional sobre Israel para que detenga su ofensiva en Gaza y permita la entrada de ayuda humanitaria, Estados Unidos ha mantenido su apoyo al gobierno israelí. Esto se refleja en la continua asistencia militar y la ausencia de sanciones significativas por parte de Washington.
- Además, la administración Trump ha impuesto recientemente un arancel del 17% a las importaciones israelíes, una medida que forma parte de su política comercial más amplia y no está directamente relacionada con el conflicto en Gaza. Esta acción ha generado tensiones adicionales en las relaciones bilaterales entre ambos países.
- En el ámbito árabe, Jordania y Egipto han valorado positivamente la decisión, considerándola «valiente y necesaria» para poner freno al castigo colectivo sobre la población palestina.
- En Israel, la prensa conservadora ha tachado la medida de «hipocresía europea» y el Ejecutivo de Netanyahu ha cerrado filas en defensa de su política en Gaza, acusando a Londres de «traicionar la alianza».