De los 331 presos políticos originarios de los municipios de la Vega Media del Guadalquivir, al menos 90 (un 27,2 %) fueron obligados a trabajar como esclavos del régimen franquista: 42 en el Canal de los Presos, 1 en el Canal del Viar, 30 en distintos puntos de la provincia de Cádiz —integrados en Batallones de Trabajadores— y 14 fuera de Andalucía.
Todos ellos fueron explotados bajo el pretexto de «redimir penas», conforme al Sistema de Redención de Penas por el Trabajo, aunque 21 habían sido absueltos en consejo de guerra y a otros 8 se les habían sobreseído las causas. A pesar de ello, se les impusieron penas accesorias, aplicadas como medida preventiva por si se había producido algún «error judicial» o, simplemente, por considerarlos peligrosos. Así lo recogía incluso un juez: «por estimar como un peligro para la sociedad su libertad».
Este sistema fue impulsado ideológicamente por el jesuita José Agustín Pérez del Pulgar y articulado desde la Dirección General de Prisiones, bajo el mando de Máximo Cuervo Radigales entre 1938 y 1942. El decreto que lo creó, fechado el 28 de mayo de 1937, justificaba el trabajo forzoso como una vía para que los presos «repararan los daños causados» y se reinsertaran en la «nueva sociedad» libres de culpa. Aquella política se extendió después mediante la Ley del 8 de septiembre de 1939, que dio forma legal a las Colonias Penitenciarias Militarizadas (CPM), destinadas a organizar la explotación sistemática de los presos a través de destacamentos, talleres, colonias y batallones disciplinarios de soldados trabajadores (BDST y BDSTP, cuando eran también penados).
El Canal de los Presos: infraestructura de la represión
El Canal del Bajo Guadalquivir, conocido como Canal de los Presos, se inicia en el embalse de Peñaflor, en el término de Palma del Río, y recorre 158 kilómetros por la margen izquierda del río Guadalquivir hasta desembocar en el embalse de Don Melendo, en Lebrija. Financiado íntegramente por el Estado, su construcción se realizó mediante trabajo esclavo, con el objetivo de modernizar el regadío andaluz… pero al servicio de los grandes terratenientes afines a los militares sublevados.
Algunos de estos propietarios, premiados con cargos por Queipo de Llano tras la toma violenta de Sevilla, se beneficiaron directamente de la obra.
Los primeros 50 kilómetros del canal, desde Peñaflor hasta La Rinconada, discurren en paralelo al Canal del Valle Inferior del Guadalquivir —conocido popularmente como el canal chico, inaugurado en 1931— antes de separarse definitivamente. El proyecto se ejecutó entre 1940 y 1968, aunque el agua no comenzó a correr por sus primeros 120 km hasta 1967. Actualmente, unas 80 000 hectáreas se benefician de sus aguas, aunque muy pocas pertenecen a la Vega Media, que sigue dependiendo en su mayoría del canal chico.
Los tramos y la esclavitud
La construcción se dividió en tres tramos:
- El tramo de origen, de 28 km (entre 1948 y 1966), atraviesa Palma del Río, Lora del Río y Carmona.
- El tramo central, el más largo, con 82 km (entre 1940 y 1962), recorre Carmona, Villanueva del Río y Minas, La Rinconada, Sevilla, Alcalá de Guadaíra, Dos Hermanas y Los Palacios.
- El tramo final, de 48 km (entre 1960 y 1968), llega hasta Utrera, Las Cabezas y Lebrija.
A la Vega Media corresponde un segmento de 25 km del segundo tramo, desde Los Rosales hasta La Rinconada. Atraviesa terrenos de Villanueva del Río y Minas y Carmona, a escasa distancia de Tocina, Cantillana y Brenes, antes de adentrarse en La Rinconada.
Entre las obras destacadas figuran acueductos como los del arroyo Las Culebras y el Bodegón de las Cañas, o el imponente acueducto sobre el arroyo Almonazar, en La Rinconada. Las condiciones de trabajo eran brutales: se calcula que al menos 2 422 presos políticos participaron en las obras, bajo régimen de semiesclavitud, cobrando dos o tres pesetas al día, de las que apenas les quedaba nada tras los descuentos para comida y «ayuda familiar».
Los presos eran organizados y trasladados por la CPM de Dos Hermanas desde los campos de concentración de La Corchuela, Los Merinales y El Arenoso. Algunos vivían en barracones rodeados de alambre de espino; otros, en campamentos o asentamientos improvisados. También participaron expresos, conocidos como «libertos», que no podían trabajar en otro sitio y que así acortaban su condena. En algunos tramos, las obras se desarrollaban las 24 horas del día, con turnos continuos. Los accidentes eran frecuentes y no existían indemnizaciones. Las condiciones eran, en general, infrahumanas.
La construcción de los 25 km mencionados se inició en 1947, aunque el acueducto del Almonazar ya estaba en obras desde 1946, tras la visita del ministro de Obras Públicas, Fernández Ladreda. La prensa franquista, como el diario ABC, hablaba de «los generosos indultos del Caudillo», mientras los presos seguían durmiendo en literas, rodeados de espinos, y sus familias se instalaban en chozas a su alrededor para estar cerca de ellos.
Sus nombres y apellidos
Para conocer los nombres de los presos, esclavos de Franco, sitúa el ratón o pulsa con el dedo en cada marcador. El enlace cómo llegar abre una nueva ventana para indicarte desde tu ubicación actual hasta el centro del municipio. (En la aplicación móvil, visita la versión completa del artículo en un navegador móvil para ver el mapa de nombres. También se pueden ver los nombres por municipio en el archivo descargable del final del artículo).
Memoria y dignidad
Que sus nombres perduren. Que no se olvide jamás que lucharon por la libertad y la democracia republicana… y que el franquismo los trató como esclavos.