Estados Unidos y China han acordado una significativa reducción de los aranceles que se habían impuesto mutuamente, marcando una tregua de 90 días en su prolongada guerra comercial. Este acuerdo, alcanzado tras intensas negociaciones en Ginebra, Suiza, busca aliviar las tensiones económicas entre las dos mayores economías del mundo y sentar las bases para futuras conversaciones más amplias.
Detalles del acuerdo arancelario
A partir del 14 de mayo y durante un período inicial de 90 días:
- Estados Unidos reducirá sus aranceles sobre productos chinos del 145% al 30%.
- China bajará sus aranceles sobre importaciones estadounidenses del 125% al 10%
Este recorte mutuo de 115 puntos porcentuales representa un paso significativo hacia la desescalada de las tensiones comerciales que se intensificaron desde abril, cuando Estados Unidos impuso aranceles adicionales a las importaciones chinas, a lo que China respondió con medidas similares.
Establecimiento de un mecanismo de diálogo continuo
Además de la reducción arancelaria, ambos países han acordado establecer un mecanismo permanente de consultas bilaterales para abordar disputas comerciales y económicas futuras. Este mecanismo permitirá reuniones alternas en Estados Unidos, China o en terceros países, facilitando un canal de comunicación constante para prevenir futuras escaladas.
Los representantes designados para liderar estas conversaciones son:
- Por China: He Lifeng, viceprimer ministro del Consejo de Estado.
- Por Estados Unidos: Scott Bessent, secretario del Tesoro, y Jamieson Greer, representante comercial.
Reacciones del mercado y perspectivas futuras
La noticia del acuerdo ha sido recibida positivamente por los mercados financieros globales. Los índices bursátiles en Asia y Europa registraron alzas, y el dólar estadounidense se fortaleció frente a otras monedas. Sin embargo, los analistas advierten que esta tregua es temporal y que persisten desafíos estructurales en la relación comercial entre ambos países.
El secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, expresó optimismo sobre el futuro de las relaciones comerciales, destacando la importancia de un comercio equilibrado y la necesidad de continuar las negociaciones para abordar cuestiones más profundas.
Este acuerdo representa un avance significativo en la búsqueda de una solución duradera a las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, aunque se reconoce que aún queda un camino por recorrer para lograr una resolución completa.